El cierre parcial del gobierno de Estados Unidos ha comenzado a afectar de forma directa a los principales aeropuertos del país, generando retrasos, cancelaciones y operaciones limitadas por la falta de personal en las torres de control aéreo.
De acuerdo con reportes de medios como The Guardian y Politico, la Administración Federal de Aviación (FAA) enfrenta una de las peores crisis de personal en los últimos años, ya que más de 13 mil controladores aéreos trabajan sin recibir pago, mientras otros empleados han sido enviados a casa bajo licencia obligatoria sin goce de sueldo.
El impacto ya se siente en terminales como Newark Liberty International Airport, donde se implementaron pausas temporales de despegue y aterrizaje (“ground stops”) por falta de controladores. En tanto, aeropuertos como JFK en Nueva York y Los Ángeles (LAX) han registrado retrasos prolongados y reducción del flujo de vuelos, aunque no se ha confirmado una suspensión total de operaciones.
La FAA advirtió que, de mantenerse el shutdown, podría verse obligada a reducir aún más el número de operaciones diarias para garantizar la seguridad de los vuelos. Además, se han detenido programas de entrenamiento y contratación de nuevos controladores, agravando el problema estructural de personal que ya arrastra el sector desde hace años.
Expertos en aviación señalaron que el gobierno federal está en una carrera contra el tiempo. “Cada día sin financiamiento incrementa el riesgo de una disrupción mayor en la red aérea del país”, declaró un analista a Reuters.
Mientras tanto, sindicatos de trabajadores federales advirtieron que el personal esencial —incluidos los controladores aéreos— enfrentan agotamiento y estrés extremo al mantener operaciones con plantillas reducidas y sin recibir salario durante el cierre.
El cierre de gobierno, que comenzó el 1 de octubre de 2025 tras el fracaso del Congreso para aprobar un presupuesto federal, está afectando no solo a la aviación, sino también a sectores como turismo, comercio y servicios públicos.
En tanto, aerolíneas y asociaciones del sector han exigido al Congreso una pronta solución para evitar que el país enfrente una parálisis aérea total si la crisis presupuestal se prolonga.




