El presidente Donald Trump logró una importante victoria legislativa tras la aprobación en el Senado de su ambicioso proyecto fiscal y presupuestario, que ahora será enviado nuevamente a la Cámara de Representantes para su revisión final. La meta es firmarlo antes del 4 de julio, Día de la Independencia de EE.UU.
La aprobación fue alcanzada por la mínima diferencia (51-50), gracias al voto de desempate del vicepresidente JD Vance, luego de más de 24 horas de deliberación en el Senado. Tres senadores republicanos rompieron filas y votaron en contra del proyecto, argumentando preocupaciones por el incremento en la deuda pública.
El plan fiscal, bautizado por Trump como “el gran y hermoso proyecto de ley”, contempla:
- Extensión de recortes fiscales implementados durante su primer mandato.
- Aumentos en el presupuesto de defensa y control migratorio.
- Reducción de programas sociales como Medicaid y SNAP.
- Un impuesto del 1% a las remesas internacionales, tras reducirlo desde un 3.5%.
La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que este proyecto añadirá 3.3 billones de dólares al déficit en la próxima década, una cifra mayor a lo calculado anteriormente. Este aumento en la deuda ha generado fricciones incluso entre antiguos aliados del presidente, como el empresario Elon Musk, quien criticó públicamente el plan por considerar que traiciona el compromiso republicano con la disciplina fiscal.
El proceso legislativo estuvo marcado por el “vote-a-rama” más largo en la historia del Senado, con 45 votaciones de enmiendas consecutivas.
El proyecto será revisado en la Cámara Baja esta semana. Aunque los republicanos mantienen una mayoría estrecha, aún no se garantiza su aprobación sin concesiones adicionales.