El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la noche del jueves la suspensión de todas las negociaciones comerciales con Canadá, uno de los principales socios económicos del país. La decisión, comunicada a través de su red social Truth Social, marca un nuevo episodio de tensión diplomática entre Washington y Ottawa.
Trump justificó la medida asegurando que Canadá “ha utilizado fraudulentamente un anuncio” en el que aparece el expresidente Ronald Reagan criticando los aranceles. En su mensaje, el mandatario escribió:
“LOS ARANCELES SON MUY IMPORTANTES PARA LA SEGURIDAD NACIONAL Y LA ECONOMÍA DE EE. UU. […] Debido a su comportamiento atroz, TODAS LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES CON CANADÁ QUEDAN TERMINADAS”.
De acuerdo con medios estadounidenses, el anuncio al que se refiere Trump habría sido producido por el gobierno de Ontario, la provincia más poblada de Canadá. El video utiliza un fragmento de audio de Reagan de 1987 en el que el expresidente republicano califica los aranceles como perjudiciales para la economía. Sin embargo, la administración Trump sostiene que el mensaje fue “tergiversado” para desacreditar su política comercial proteccionista.
La medida podría tener amplias repercusiones económicas, ya que Canadá figura entre los tres principales socios comerciales de Estados Unidos, junto con México y China. Expertos en política internacional advierten que la ruptura temporal podría afectar sectores clave como el automotriz, la agricultura y la energía, especialmente en el marco del acuerdo T-MEC, vigente desde 2020.
Las relaciones entre ambos países ya se habían enfriado desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, tras una campaña centrada en la defensa de la industria nacional y la imposición de nuevos aranceles.
Hasta el momento, el gobierno canadiense no ha emitido una respuesta oficial a la decisión de Washington, aunque fuentes diplomáticas citadas por medios locales anticipan que Ottawa buscará una resolución por vías multilaterales.
La suspensión marca un nuevo desafío para la estabilidad comercial en América del Norte y reaviva el debate sobre la estrategia arancelaria de Estados Unidos en el segundo mandato de Trump.
