La ciudad de Chicago vive momentos de alta tensión luego de que se intensificaran los enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), en el marco de la operación federal “Midway Blitz”, desplegada para detener a inmigrantes indocumentados. Los choques han dejado varios detenidos y una mujer herida por disparos de la Patrulla Fronteriza.
Durante las últimas horas, cientos de manifestantes se concentraron frente al centro de detención de ICE en Broadview, un suburbio de Chicago, para exigir el fin de las redadas y denunciar lo que consideran una política migratoria violenta e inhumana.
Según reportes de Reuters, los agentes respondieron con gas lacrimógeno, balas de pimienta y empujones para dispersar a los manifestantes, lo que derivó en varios arrestos. Testigos denunciaron el uso excesivo de la fuerza, mientras que ICE sostiene que los manifestantes “obstaculizaron operaciones federales y pusieron en riesgo la seguridad del personal”.
Una mujer mayor fue detenida durante la protesta y sufrió un episodio de salud que obligó a su traslado a un hospital local.
En un hecho separado, la Patrulla Fronteriza reportó un incidente en el barrio de Brighton Park, donde agentes federales dispararon contra una mujer tras alegar que fueron “acorralados” por varios vehículos que intentaban bloquear su salida.
La mujer resultó herida de bala y fue hospitalizada, mientras organizaciones civiles exigieron una investigación inmediata por uso excesivo de la fuerza. El Departamento de Justicia ha confirmado que ya revisa el caso.
Los operativos en Chicago forman parte de la Operación Midway Blitz, lanzada por el gobierno federal en septiembre con el objetivo de detener a inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales.
Sin embargo, activistas y autoridades locales aseguran que la operación ha derivado en redadas indiscriminadas y en violaciones a los derechos humanos.
El gobernador de Illinois, JB Pritzker, criticó duramente la intervención, calificándola como “una invasión federal sin coordinación ni respeto a la soberanía estatal”.
La alcaldesa de Chicago también expresó su rechazo, señalando que “la ciudad no permitirá abusos contra su comunidad inmigrante”.
En respuesta a la escalada de violencia, el presidente Donald Trump autorizó el despliegue de 300 efectivos de la Guardia Nacional en zonas sensibles de la ciudad, con el argumento de “proteger propiedades federales y garantizar el orden público”.
Sin embargo, la medida ha sido interpretada por grupos defensores de derechos humanos como una militarización de la respuesta a un conflicto social.
La organización Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights (ICIRR) denunció que la operación “Midway Blitz” busca intimidar a las comunidades migrantes, y advirtió que los enfrentamientos podrían aumentar si las redadas continúan.
Por su parte, ICE aseguró en un comunicado que continuará con las detenciones programadas y que “cualquier intento de obstrucción será enfrentado con los recursos necesarios”.
Chicago, considerada una “ciudad santuario”, ha sido históricamente un foco de resistencia a las políticas migratorias federales.
Sin embargo, los recientes enfrentamientos marcan uno de los episodios más violentos desde el inicio de la administración Trump, con un aumento visible de presencia militar y patrullas federales en vecindarios de mayoría latina.
La situación continúa desarrollándose, con nuevas manifestaciones convocadas para este fin de semana y llamados a la calma por parte de las autoridades locales.




