El Gobierno venezolano denunció este sábado que un destructor de la Marina de Estados Unidos abordó de manera “ilegal y hostil” una embarcación atunera con nueve pescadores a bordo, mientras navegaban en aguas pertenecientes a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Venezuela.
De acuerdo con el canciller venezolano, Yván Gil, el hecho ocurrió el viernes 12 de septiembre, cuando el destructor estadounidense USS Jason Dunham (DDG-109), fuertemente armado y con personal militar, interceptó y ocupó durante ocho horas la embarcación pesquera venezolana, a 48 millas náuticas de la Isla de La Blanquilla.
“El navío de guerra desplegó dieciocho efectivos con armas largas que abordaron y ocuparon la pequeña e inofensiva embarcación, impidiendo la comunicación y el desenvolvimiento de los pescadores que cumplían faena autorizada”, señaló Gil en una declaración oficial transmitida por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).
El gobierno del presidente Nicolás Maduro calificó la acción como una maniobra para “fabricar pretextos de aventuras bélicas” y una muestra del comportamiento “bochornoso” de sectores políticos en Washington. Según Caracas, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) monitoreó el incidente “minuto a minuto” y acompañó a los pescadores hasta su liberación.
Además, Venezuela exigió el cese inmediato de estas acciones, al tiempo que pidió a la sociedad estadounidense “reconocer la gravedad de estas maniobras” y rechazar “el uso de soldados como instrumentos de una élite codiciosa”.
Actualmente, Estados Unidos mantiene una fuerte presencia militar en el Caribe, con ocho buques con misiles y un submarino de propulsión nuclear desplegados cerca de costas venezolanas, además del envío reciente de diez aviones de combate F-35 a Puerto Rico. Caracas advierte que esta movilización busca fomentar un “cambio de régimen”.
La administración de Donald Trump ha acusado reiteradamente al presidente Maduro de liderar el Cartel de los Soles, una presunta organización criminal vinculada al narcotráfico, y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
