A partir de este mes, Francia implementará una nueva y estricta medida de salud pública: queda prohibido fumar en la mayoría de los espacios públicos al aire libre, incluyendo playas, parques, jardines públicos, paradas de autobús, instalaciones deportivas y alrededores de escuelas.
Esta decisión forma parte del ambicioso Programa Nacional de Lucha contra el Tabaquismo 2023-2027, que busca alcanzar una meta histórica: una «generación sin tabaco» para el año 2032.
La nueva ley aplica en espacios abiertos donde la presencia de personas, especialmente niños, es constante:
- Playas
- Parques y jardines
- Estaciones y paradas de transporte público
- Áreas deportivas al aire libre
- Zonas escolares
En cambio, las terrazas de cafés y restaurantes seguirán permitiendo fumar, al igual que el uso de cigarrillos electrónicos, que no están incluidos en esta regulación.
La ministra de Salud y Trabajo, Catherine Vautrin, defendió con firmeza la nueva legislación:
“La libertad de fumar termina donde comienza el derecho de los niños a respirar aire limpio”.
El objetivo, según el gobierno, es proteger a la población infantil y reducir la normalización del tabaco en entornos públicos.
Quienes violen la norma se enfrentarán a multas de hasta 135 euros, una cifra que busca disuadir el consumo en zonas prohibidas. Esta medida se suma a los más de 7,000 espacios libres de humo que ya existen en más de 1,500 municipios franceses.
El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de muerte en Francia, con cerca de 75,000 muertes al año asociadas al consumo de tabaco. El gobierno espera que estas restricciones tengan un impacto significativo en la salud pública y en la cultura del consumo de cigarrillos.
Esta medida marca un nuevo paso hacia un futuro más saludable y refuerza el compromiso de Francia con la protección del medioambiente, los espacios compartidos y, sobre todo, la salud de las próximas generaciones.