En una visita cargada de tensiones políticas, el presidente Donald Trump acudió este martes al Capitolio con la intención de unificar al Partido Republicano y rescatar uno de los pilares de su agenda legislativa: una nueva y amplia reforma fiscal. La propuesta busca extender los recortes impositivos de 2017 —el logro más emblemático de su primer mandato— e incorporar beneficios fiscales adicionales dirigidos a trabajadores que reciben propinas y pagos por horas extras.
La maniobra de Trump ocurre en medio de una evidente fractura dentro de la ajustada mayoría republicana (220-213) en la Cámara de Representantes. Legisladores de la línea dura bloquearon temporalmente el avance del proyecto el viernes pasado, argumentando que no se contemplan recortes de gasto suficientes para compensar el costo. Sin embargo, el domingo aceptaron reanudar el diálogo tras presiones internas.
Un proyecto con alto impacto fiscal
El paquete legislativo, conocido como la One Big Beautiful Bill Act, ha sido criticado por expertos del Comité para un Presupuesto Responsable y otras entidades no partidistas, quienes estiman que la medida podría incrementar la deuda nacional entre 3 y 5 billones de dólares en la próxima década. Actualmente, la deuda pública estadounidense supera los 36.2 billones de dólares, un nivel que ha generado preocupación en los mercados financieros, especialmente tras la reciente rebaja de calificación crediticia por parte de Moody’s.
Tensiones dentro del partido
Trump busca alinear a diversos sectores del partido que tienen prioridades divergentes. Entre ellos se encuentran:
- Los conservadores fiscales, que exigen recortes profundos al gasto social.
- Los moderados, preocupados por preservar programas como Medicaid.
- Los representantes de estados costeros, que intentan proteger las deducciones por impuestos estatales y locales (SALT) que benefician a sus votantes.
«El presidente va a empujar a todos para cerrar filas y lograr los votos necesarios. Esto es clave para cumplir con los ciudadanos», declaró Mike Johnson, presidente de la Cámara, en declaraciones previas a la llegada de Trump.
Demócratas en contra y estrategia republicana
Los demócratas se oponen firmemente, argumentando que el plan favorece abiertamente a los más ricos y amenaza con recortes en programas esenciales como Medicare, SNAP y subsidios educativos. Ante esto, los republicanos han iniciado maniobras parlamentarias para evitar bloqueos procesales y llevar el proyecto a votación.
«Creo que el presidente vendrá a unificar posturas y dar un mensaje positivo. Su presencia puede cambiar el juego», comentó Ralph Norman, congresista republicano de Carolina del Sur, quien votó en contra del proyecto la semana pasada.
Cuenta regresiva para la votación
La Cámara de Representantes busca someter la ley a votación este jueves, justo antes del fin de semana festivo por el Día de los Caídos (Memorial Day). Si se aprueba, el Senado revisará la propuesta en junio, donde se anticipan negociaciones aún más intensas.
Esta visita al Congreso marca un esfuerzo crucial para Trump, quien no solo apuesta por consolidar su control sobre el partido, sino también por reforzar su imagen de liderazgo económico de cara a las elecciones de 2026. La pregunta ahora es si podrá lograrlo con una bancada dividida y una oposición resuelta.