La ONU alertó el jueves sobre la situación «catastrófica» en Haití, con 1.554 muertes registradas en los primeros tres meses de 2024. Se lamentó que las «fronteras porosas» estén facilitando el suministro de armas a las bandas delictivas que operan en el país.
Haití, que ya enfrentaba una profunda crisis política y de seguridad, ha experimentado un aumento de la violencia desde principios de mes, cuando varias pandillas se unieron para atacar lugares estratégicos en Puerto Príncipe con la intención de derrocar al primer ministro, Ariel Henry.
Henry, quien es muy controvertido, no pudo regresar al país después de un viaje a Kenia a principios de mes. El 11 de marzo aceptó renunciar y el futuro Consejo Presidencial haitiano se comprometió el miércoles a restablecer «el orden público y democrático».
La ONU señala que la corrupción, la impunidad y la mala gobernanza, junto con los crecientes niveles de violencia de las pandillas, han erosionado el Estado de Derecho y han llevado a las instituciones del país al borde del colapso.
A pesar del embargo de armas, la ONU observa que el tráfico ilícito de armas y municiones a través de fronteras porosas sigue proporcionando un suministro confiable a las bandas, que a menudo tienen una potencia de fuego superior a la de la policía nacional haitiana.
El informe también indica que las bandas continúan utilizando la violencia sexual como medio de maltrato, castigo y control sobre la población. Sin embargo, los casos de violencia sexual rara vez se denuncian y suelen quedar impunes.
