Un día que comenzó como una celebración religiosa para conmemorar la muerte del patrón de Irlanda, pero que se ha convertido en una fiesta popular y llena de importanteselementos culturales en donde el color verde, los tréboles y la cerveza son elementos distintivos.
Aunque esta fiesta se celebra siempre en la misma fecha, ya que es cuando el Santo falleció (17 de marzo del año 461), no fue hasta 1931 cuando San Patricio empezó a celebrarse. ¿El motivo? Está claro: en Dublín, la capital de la República de Irlanda, tuvo lugar el primer desfile del Día de San Patricio en el Estado Libre de Irlanda.
“La isla esmeralda”
El color verde, cabe destacar, se utiliza durante esta fecha para hacer alusión a la cultura de ese país. Como referencia a “La isla esmeralda”, apodo con el que se conoce a Irlanda, este color se relaciona con las grandes extensiones de vegetación con las que cuenta el territorio.
Y no acaba ahí. La representación de la cultura irlandesa a través del uso del color verde ha llegado a ser reconocida a nivel mundial. Es el caso de Chicago,una de las ciudades estadounidenses con mayor presencia de personas de origen irlandés, donde su río se tiñe de verde con colorantes naturales durante el mes de marzo.
Intrahistoria
Precisamente en Estados Unidos, a principios del siglo XX, fue donde se inició la tradición de teñir la cerveza de verde. Se cree que fue una invención de los inmigrantes irlandeses, que formaban una comunidad importante, al querer celebrar su herencia y tradiciones en un país que no era el suyo.
Los bares comenzaron a tintar la cerveza de color verde como una forma de llamar la atención de los clientes y mostrar su apoyo a la colectividad irlandesa. El primer bar que sirvió cerveza verde en la Fiesta de San Patricio fue el bar Morrissey’s en el Bronx, en el año 1914.
Las marcas más populares
Se atribuye la idea, que fue días después difundida por la prensa, al doctor descendiente de irlandeses Thomas Hayes Curtin. Ahora bien, también hay otras dos teorías: su origen podría estar vinculado con la costumbre de añadir un trébol a la pinta de cerveza como símbolo de buena suerte o a una rebelión promovida por estudiantes universitarios.
