El pasado miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó la decisión de eximir a Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa petrolera más endeudada globalmente, del pago de impuestos correspondientes a los últimos cuatro meses. Desestimó las advertencias y las rebajas crediticias emitidas por agencias calificadoras como Moody’s.
Sus comentarios surgen después de un decreto emitido la semana pasada por el cual el Gobierno eximía a Pemex del pago de impuestos correspondientes al derecho de utilidad compartida (DUC) y la extracción de hidrocarburos desde octubre de 2023 hasta enero del presente año. Aunque el presidente no ofreció cifras específicas, de acuerdo con el Sistema de Información Económica (SIE) del Banco de México (Banxico), en el último trimestre del año pasado, Pemex tenía pendiente el pago de 86,640 millones de pesos (aproximadamente 5,075 millones de dólares) por ambos conceptos, aunque aún no se disponen de cifras para enero de 2024.