En medio de un contexto en el que Luis Rubiales enfrenta un proceso legal debido a un beso no consentido a Jenni Hermoso, la crisis de machismo en el fútbol español se hace cada vez más evidente. Ya sea a través de declaraciones de directivos, ex jugadores o jugadores en activo, así como en las condiciones de juego y diversas situaciones fuera de la cancha, parece que el fútbol femenino en España necesita una corrección urgente de rumbo.
Una de las diferencias más notorias en el fútbol español se refleja en las disparidades económicas entre el fútbol masculino y femenino. Si bien estas diferencias son comunes en todo el mundo, en países como España e Inglaterra, con algunos de los clubes más ricos, la brecha es aún más marcada. Mientras que algunos futbolistas masculinos ganan millones de euros en La Liga, las jugadoras de la Liga F Femenina a menudo perciben salarios mínimos, lo que llevó a una huelga y a la posterior negociación de un aumento salarial mínimo de 21 mil a 23 mil euros en los próximos dos años.
Sin embargo, lo que quizás sea más preocupante es la falta de atención y apoyo de las autoridades hacia el fútbol femenino. Ejemplos recientes, como el hecho de que las jugadoras del Barcelona F se colgaron las medallas solas después de ganar la Supercopa, mientras Rubiales las observaba desde un palco, ilustran esta problemática. Además, las controvertidas declaraciones de Alfonso Pérez, quien minimizó las diferencias entre las ramas masculina y femenina, generaron una gran polémica y llevaron al Getafe a retirar su nombre de la cancha del club.
En otro lamentable episodio, Albert Luque, ex futbolista y director de la Selección Española masculina, compartió opiniones desafortunadas en mensajes de texto en los que criticó a Jenni Hermoso, lo que evidencia aún más la falta de respeto y reconocimiento hacia las futbolistas femeninas.
Esta situación pone de manifiesto la urgencia de abordar el machismo arraigado en el fútbol español y trabajar en la igualdad de género en el deporte, tanto en términos económicos como en el respeto y la consideración hacia las futbolistas. Es fundamental que las autoridades deportivas, los clubes y la sociedad en su conjunto se unan para promover un entorno más equitativo y justo para el fútbol femenino en España.