El cantante español Alejandro Sanz respondió este martes a las acusaciones de abuso de poder hechas por Ivet Playà, una joven catalana de 26 años que afirma haber tenido una relación desigual y dañina con el artista, marcada por una diferencia sustancial de edad y estatus profesional.
En un mensaje publicado en sus redes sociales, Sanz lamentó lo ocurrido y sostuvo que su recuerdo de la relación era distinto al que ahora expone Playà:
“Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora”, escribió el autor de Corazón partido.
La denuncia de Ivet Playà
La joven publicó un video donde relata que la relación comenzó cuando ella tenía 18 años y Sanz 49, tras haber sido contactada por él vía redes sociales. Según su testimonio, lo que al inicio parecía una conexión personal terminó convirtiéndose en una dinámica tóxica influenciada por el poder del cantante:
“Jugó con mis sueños, con mi ilusión. Yo era una niña”, sostuvo Playà, quien además denunció que, con el tiempo, fue incorporada al equipo de trabajo del artista, lo cual profundizó el desequilibrio en la relación.
Además, aseguró haber experimentado manipulación emocional y temores sobre la privacidad de su intimidad digital:
“Me siento engañada, utilizada, humillada, incluso sucia (…) no sé quién haya podido llegar a ver lo que yo le mandaba en mi más absoluta e íntegra intimidad”.
La reacción pública
Aunque Sanz no ha emitido declaraciones formales ante medios o autoridades, su publicación apunta a un intento de conciliación narrativa, al subrayar que su visión de la relación fue siempre consensuada. Hasta el momento, no hay reportes de una denuncia legal interpuesta por Playà ni de una investigación abierta.
El caso ha generado amplio debate en redes sociales sobre las relaciones asimétricas entre figuras públicas y personas jóvenes, así como el papel del consentimiento cuando existen diferencias significativas de poder e influencia.
