El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha aceptado formalmente un avión Boeing 747-8 de lujo, valorado en 400 millones de dólares, ofrecido por la familia real de Qatar para ser utilizado como Air Force One por el presidente Donald Trump. La decisión, anunciada este miércoles por el Pentágono, ha generado una intensa polémica por sus implicaciones constitucionales, éticas y de seguridad nacional.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, afirmó que la aceptación del avión se realizó «de acuerdo con todas las normas y regulaciones federales», y que se implementarán las medidas de seguridad necesarias para su uso presidencial . Sin embargo, la Constitución de Estados Unidos prohíbe a los funcionarios aceptar regalos de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso, lo que ha suscitado críticas por parte de legisladores de ambos partidos.
El presidente Trump defendió la decisión, argumentando que el avión fue un regalo al gobierno de Estados Unidos, no a él personalmente, y que su aceptación representa un ahorro para los contribuyentes, especialmente ante los retrasos en la entrega de los nuevos aviones presidenciales encargados a Boeing . No obstante, expertos advierten que la adaptación del avión para cumplir con los estándares de seguridad y comunicación requeridos podría costar hasta 1.000 millones de dólares y tardar varios años .
El avión, conocido como P4-HBJ, fue utilizado anteriormente por la familia real qatarí y cuenta con lujosas instalaciones, incluyendo dormitorios y salones privados . Se espera que, una vez finalizado el mandato de Trump en 2029, la aeronave sea transferida a su biblioteca presidencial.
La controversia continúa mientras se evalúan las implicaciones legales y de seguridad de esta decisión sin precedentes en la historia presidencial de Estados Unidos.