A partir del 1 de abril de 2025, diversos modelos de televisores inteligentes fabricados hace más de una década perderán el acceso a la aplicación nativa de Netflix. Esta decisión obedece a la necesidad de la plataforma de optimizar su servicio para dispositivos modernos, excluyendo aquellos que no cumplen con los requisitos técnicos necesarios para soportar las actualizaciones más recientes.
Modelos de televisores afectados
Los televisores que perderán compatibilidad con la aplicación incluyen diversas series de Sony Bravia, como las KDL, XBR, W95 y X95. Además, Smart TVs de marcas como Samsung, LG y Panasonic también podrían verse afectados. En estos dispositivos, la aplicación de Netflix no podrá actualizarse ni ejecutarse, incluso si ya estaba instalada previamente.
Esta medida se debe a limitaciones técnicas en aspectos clave como el procesamiento, la memoria RAM y la compatibilidad con protocolos modernos de conexión, impidiendo que estos dispositivos operen las nuevas versiones de la aplicación.
Tendencia en la industria tecnológica
La decisión de Netflix no es un caso aislado. Otras plataformas, como WhatsApp, también han dejado de ser compatibles con dispositivos antiguos debido a limitaciones técnicas. Este fenómeno subraya la constante evolución tecnológica y la obsolescencia programada, que pueden afectar a usuarios que continúan utilizando aparatos funcionales pero desactualizados.
Opciones para los usuarios afectados
Los usuarios cuyos televisores sean incompatibles con la nueva versión de Netflix tendrán que optar por alternativas para seguir accediendo al servicio. Algunas opciones incluyen:
- Adquirir un dispositivo más moderno que sea compatible con la aplicación.
- Usar reproductores multimedia como Chromecast, Amazon Fire TV Stick o Apple TV.
- Acceder a Netflix mediante consolas de videojuegos que soporten la aplicación.
Impacto en los consumidores
Esta medida podría representar un inconveniente significativo para los usuarios que no estén en condiciones de actualizar sus televisores. En particular, podría afectar a quienes residen en regiones con menor capacidad adquisitiva, donde renovar un dispositivo electrónico supone un gasto considerable.
El anuncio también resalta la creciente dependencia de los consumidores hacia la tecnología en constante evolución y cómo la obsolescencia programada influye en los hábitos de consumo. Para muchos, este tipo de restricciones pueden ser una invitación indirecta a actualizar sus dispositivos antes de lo previsto.
En definitiva, el avance tecnológico trae consigo mejoras en la experiencia del usuario, pero también plantea desafíos para quienes desean seguir utilizando dispositivos que, aunque funcionales, ya no cumplen con los estándares actuales.
