La administración del presidente Donald Trump ha iniciado un nuevo capítulo en su política migratoria con el uso de aviones militares para deportar migrantes a sus países de origen. Este viernes, dos aviones de transporte militar C-17 Globemaster despegaron de El Paso y Tucson con destino a Guatemala, transportando a 264 migrantes, en una medida descrita por la Casa Blanca como un «mensaje claro» para quienes ingresen ilegalmente a Estados Unidos.
Un cambio en los métodos de deportación
Mientras que las deportaciones bajo administraciones anteriores se llevaban a cabo principalmente en aviones civiles, el uso de aviones militares marca un enfoque más severo y simbólico en las políticas migratorias de Trump. La portavoz de la Casa Blanca señaló que esta medida subraya el compromiso del gobierno de usar todos los recursos disponibles para enfrentar la inmigración ilegal.
«El presidente Trump está utilizando a todas las fuerzas de la ley, incluidas las capacidades del Departamento de Defensa, para garantizar la seguridad en nuestras fronteras y expulsar a los migrantes ilegales de manera eficiente», declaró Stephen Miller, uno de los arquitectos clave de las políticas migratorias de esta administración.
La llegada a Guatemala
Los aviones aterrizaron en Ciudad de Guatemala, donde los migrantes fueron recibidos por las autoridades locales. Según fuentes del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), los vuelos transportaron a un número similar de hombres y mujeres. A pesar de las imágenes difundidas por la Casa Blanca, que mostraban principalmente a hombres adultos encadenados, en Guatemala se constató la presencia de mujeres en la misma operación.
El contexto y los números
El Pentágono ha confirmado que planea realizar más vuelos de deportación utilizando aviones C-130 y C-17, con el objetivo de trasladar a aproximadamente 5,400 personas actualmente bajo custodia de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Sin embargo, los datos no muestran un aumento significativo en el número de deportaciones bajo la administración Trump en comparación con la anterior. En 2024, bajo el mandato de Joe Biden, Estados Unidos llevó a cabo un total de 7,722 vuelos de deportación, lo que equivale a un promedio de 21 vuelos diarios.
A Guatemala, en particular, se deportaron 61,680 personas durante el año pasado, superando en más de 6,000 a las cifras de 2023.
Reacciones y críticas
La medida ha generado reacciones encontradas. Mientras algunos elogian el enfoque firme de Trump hacia la inmigración ilegal, organizaciones de derechos humanos y defensores de migrantes han criticado el uso de aviones militares, argumentando que envía un mensaje de militarización innecesaria y estigmatización hacia los migrantes.
El Departamento de Estado, liderado por el secretario Marco Rubio, ha señalado que trabajará estrechamente con países como Guatemala para garantizar retornos seguros y promover la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal. Rubio tiene programada una gira por Centroamérica la próxima semana para discutir estrategias conjuntas.
El «mensaje claro» de Trump
La administración Trump ha dejado claro que esta política busca disuadir la inmigración ilegal mediante el uso de medidas visibles y contundentes. «Estamos enviando un mensaje fuerte y claro: quienes ingresen ilegalmente a los Estados Unidos enfrentarán severas consecuencias», reiteró la Casa Blanca.
A medida que la administración implementa esta política, se espera un aumento en la tensión entre Estados Unidos y las organizaciones internacionales que abogan por los derechos humanos, mientras continúa el debate sobre la eficacia y el impacto de estas medidas en la crisis migratoria.