Los incendios forestales que asolan el condado de Los Ángeles desde el pasado 7 de enero han dejado al menos cinco muertos y miles de hectáreas destruidas, mientras las autoridades advierten que el número de víctimas podría aumentar drásticamente en las próximas horas.
El alguacil del condado, Robert G. Luna, calificó la situación como «caótica» y expresó su preocupación por la posibilidad de que se encuentren más cuerpos a medida que los equipos de rescate accedan a las áreas devastadas.
«En algunas áreas parece como si hubiera caído una bomba,» señaló Luna en una conferencia de prensa, al tiempo que confirmaba que los bomberos y rescatistas enfrentan condiciones extremas. Los esfuerzos se centran en utilizar perros de búsqueda y otros equipos especializados para localizar a posibles sobrevivientes atrapados bajo los escombros.
Incendios fuera de control
De los seis incendios activos en el condado, solo el que afectó las montañas de Hollywood ha sido completamente controlado. Los otros focos, como los de Palisades y Eaton, han consumido más de 11,000 hectáreas y permanecen fuera de control, según el Departamento de Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Cerca de 180,000 personas están bajo órdenes de evacuación obligatoria, aunque muchos residentes han regresado a sus hogares para evaluar los daños, arriesgando su seguridad. Las imágenes aéreas muestran devastación en zonas como Palisades y Altadena, donde cientos de viviendas han sido destruidas.
«El número de estructuras destruidas ya supera las 1,900, pero las cifras podrían aumentar a medida que tengamos acceso completo a las áreas afectadas,» señaló Luna.
Condiciones extremas complican la lucha contra el fuego
El avance de las llamas se ve impulsado por los vientos de Santa Ana, que alcanzaron ráfagas de hasta 160 km/h. Aunque se espera que los vientos disminuyan, las autoridades mantienen advertencias de bandera roja hasta la noche del viernes.
Además, los hidrantes se están quedando secos debido al alto consumo de agua. Mark Pestrella, director de Obras Públicas del Condado de Los Ángeles, explicó que el sistema de suministro de agua «no está diseñado para combatir incendios forestales prolongados,» lo que ha generado críticas hacia la gestión gubernamental.
El condado, que enfrenta su segundo invierno más seco en 150 años, ya ha paralizado escuelas, universidades y eventos, mientras los bomberos luchan contra el que podría convertirse en el incendio más costoso en la historia de California.
Pérdidas económicas sin precedentes
Un análisis de J.P. Morgan Insurance estima que las pérdidas aseguradas podrían superar los $20,000 millones de dólares, mientras que el daño total se calcula entre $52,000 y $57,000 millones, según AccuWeather. Estas cifras triplicarían las pérdidas del incendio Camp en 2018, el más devastador hasta ahora en California.
Las autoridades locales y estatales continúan monitoreando la situación, mientras los equipos de emergencia trabajan contrarreloj para controlar los focos activos y brindar apoyo a los afectados.