El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido eliminar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una acción que implica el fin de varias sanciones establecidas durante el mandato de Donald Trump en 2021.
Esta medida tiene como objetivo principal facilitar la liberación de presos políticos en la isla, con el respaldo del Vaticano, y responde a las solicitudes de diversos aliados internacionales.
No obstante, la decisión ha generado fuertes críticas en el panorama político de Estados Unidos. Legisladores republicanos, como el senador Marco Rubio, han manifestado su rechazo, advirtiendo que buscarán revertir la decisión cuando el presidente electo Donald Trump tome el cargo.
Con la salida de Cuba de la lista negra, Corea del Norte, Irán y Siria permanecen como los únicos países catalogados por el Departamento de Estado como promotores del terrorismo.
Este cambio en la política hacia Cuba podría influir considerablemente en las relaciones bilaterales y en la situación interna del país, especialmente en temas como los derechos humanos y las libertades civiles.
