La declaración de ley marcial por el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, desató una ola de protestas y debates en el Parlamento, marcando un momento histórico en la política del país.
3 de diciembre de 2024 | 16:48 ET
En un acto sin precedentes en más de cuatro décadas, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, declaró la ley marcial el martes por la noche, acusando a la oposición de planear una “insurgencia” y amenazar la democracia. Sin embargo, bajo fuerte presión política y social, revocó la medida apenas cinco horas después, tras la aprobación unánime de una resolución en el Parlamento que exigía su retiro.
La declaración y sus implicaciones
El presidente Yoon justificó la ley marcial argumentando la necesidad de “defender la República de Corea de amenazas comunistas y proteger el orden constitucional”. La medida otorgó amplios poderes al ejército, prohibiendo actividades políticas, controlando los medios de comunicación y autorizando detenciones sin orden judicial.
El comandante de la ley marcial, el general Park An-Su, implementó restricciones que incluían la suspensión de actividades laborales y el control total de las publicaciones, generando preocupación por el posible retorno a prácticas represivas de los regímenes militares que gobernaron Corea del Sur hasta finales de los años 80.
Respuesta de la oposición y movilización social
El anuncio de la ley marcial provocó una reacción inmediata de la oposición y la ciudadanía. Líderes políticos como Lee Jae-myung, del Partido Democrático, calificaron la medida como una traición al pueblo. En redes sociales y transmisiones en directo, parlamentarios y ciudadanos se unieron en llamados urgentes para frenar lo que consideraban un ataque a la democracia.
La Asamblea Nacional, controlada por la oposición, convocó una reunión de emergencia y aprobó rápidamente una resolución para anular la ley marcial, cumpliendo con los requisitos legales para exigir al presidente su retiro.
El trasfondo político
El presidente Yoon, elegido en 2022, ha enfrentado una baja en los índices de aprobación y conflictos constantes con la oposición, que domina el Parlamento. Su mandato ha estado marcado por decisiones controvertidas, como investigaciones judiciales contra medios de comunicación críticos y tensiones internas en su partido.
La derrota electoral de su partido en abril consolidó el control de la oposición en el Parlamento, limitando su capacidad de gobernar y exacerbando las divisiones políticas. La ley marcial, según analistas, fue vista como un intento desesperado de consolidar su poder en medio de crecientes críticas.
Levantamiento de la ley marcial
Horas después de la declaración, el presidente Yoon anunció su intención de revocar la medida, citando la falta de quórum en su gabinete como razón del retraso. Finalmente, la ley marcial fue anulada tras la resolución del Parlamento, con el presidente asegurando que su gobierno seguiría “defendiendo los valores democráticos”.
Repercusiones y futuro político
El incidente ha dejado a Corea del Sur en una posición delicada. Las protestas masivas, las críticas internacionales y la polarización política subrayan los desafíos que enfrenta el país en su camino hacia la estabilidad democrática. Aunque Yoon retiró la ley marcial, el episodio ha generado dudas sobre su liderazgo y el futuro de la política surcoreana.
En palabras de Lee Jae-myung: “Este día será recordado como un momento clave para la democracia en Corea del Sur. No podemos permitir que retrocedamos a tiempos oscuros”.
