El Infonavit, que tradicionalmente se encargaba de financiar y coordinar la construcción de viviendas, podría asumir nuevas facultades gracias a una reforma en análisis. Este cambio le permitiría construir directamente casas para renta y venta, no solo para sus derechohabientes, sino también para los afiliados a la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).
La propuesta busca que el Infonavit constituya una empresa filial encargada de construir cerca de la mitad de un millón de viviendas proyectadas. Esta filial tendría la posibilidad de establecer alianzas con empresas privadas y sociales, y operaría con un presupuesto propio proveniente de los recursos aprobados para el Infonavit, aunque limitado al 0.55% de los activos totales administrados.
Cabe destacar que los fondos destinados a construcción y compra de terrenos no provendrían del erario público, sino que la filial debería generar valor económico y rentabilidad. Sin embargo, el dinero para estas actividades se financiaría con las subcuentas de los trabajadores administradas por el Infonavit, lo que ha generado críticas.
El senador Ricardo Anaya ha señalado que esta reforma podría abrir la puerta al uso discrecional de los 2 billones de pesos del fondo de los derechohabientes, un recurso que pertenece a los trabajadores. Además, sindicatos y organizaciones laborales han expresado su preocupación ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destacando que no solo están en riesgo los 2 billones de pesos, sino también 10 mil millones adicionales correspondientes a devoluciones pendientes por pagos en exceso de créditos.
Aunque existe consenso sobre la necesidad de construir más viviendas a precios accesibles, persisten inquietudes sobre la implementación y manejo de los recursos en este modelo