A pesar del intenso escrutinio de las autoridades estadounidenses y las crecientes dificultades para acceder a precursores químicos, el Cártel de Sinaloa continúa innovando en sus métodos de producción de fentanilo. Según un reciente reportaje de The New York Times, la organización criminal realiza pruebas con personas en situación de vulnerabilidad y animales para perfeccionar sus productos.
Pruebas en humanos vulnerables
De acuerdo con las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, integrantes del cártel recurren a personas en situación de calle para experimentar con nuevas fórmulas. Testimonios como el de Pedro López Camacho, un hombre que vive en un campamento en Culiacán, confirman que les ofrecen dinero a cambio de inyectarse fentanilo.
López Camacho relató que recibió 30 dólares (aproximadamente 607 pesos mexicanos) por inyectarse la droga mientras los miembros del cártel registraban sus reacciones en fotos y videos. Aunque sobrevivió, afirmó haber visto a otros que no tuvieron la misma suerte.
Experimentación con animales
Además de humanos, el cártel prueba sus fórmulas en animales como conejos y gallinas. Según el reportaje, si un animal sobrevive más de 90 segundos tras ser expuesto al fentanilo, la dosis es considerada demasiado débil para su comercialización.
Las redadas en laboratorios clandestinos han revelado instalaciones plagadas de animales muertos, utilizados en estas pruebas, lo que pone de manifiesto los extremos a los que llega la organización criminal.
Nuevas fórmulas peligrosas
Las restricciones para importar precursores químicos desde Asia han obligado al cártel a mezclar el fentanilo con otras sustancias. Entre ellas destacan la xilacina, un tranquilizante veterinario conocido como tranq, y otros anestésicos utilizados en cirugías orales y sedantes para animales.
Según un «cocinero» del cártel entrevistado, estas combinaciones buscan potenciar los efectos del fentanilo mientras se reducen los costos de producción, lo que incrementa los riesgos para los consumidores finales.
Reclutamiento de estudiantes de química
Este artículo complementa un reportaje anterior que reveló cómo el Cártel de Sinaloa recluta a estudiantes de química para trabajar en la producción de fentanilo. Estos jóvenes, atraídos por un salario mensual de 800 dólares (unos 16 mil pesos mexicanos), operan en condiciones clandestinas para la elaboración de la droga.
