El pulso político en el Congreso alcanzó su punto álgido cuando, en un lapso de apenas cuatro horas, el gobierno federal y el grupo parlamentario de Morena, junto con sus aliados, dieron marcha atrás en la aprobación de recursos cercanos a los 45 mil millones de pesos provenientes de los excedentes petroleros destinados a la reconstrucción de la costa de Guerrero.
La abrupta reversión generó fuertes reclamos dentro de la misma bancada, especialmente por parte de legisladores afines a Marcelo Ebrard. La diputada morenista Selene Ávila, desde su curul, criticó la falta de asignación de fondos y calificó de «traidores» y «vividores» a sus propios colegas.
En un emotivo discurso, Ávila expresó su decepción al afirmar que «Morena, la bancada en la que he creído y militado, traicionó a los que se han quedado sin nada, a los muertos». Su denuncia de falta de justicia social resonó en el pleno, donde diputados de la oposición la rodearon para aplaudir de pie.
La propuesta para asignar recursos a Guerrero estaba contemplada dentro de una reserva presentada por diputados federales cercanos a Marcelo Ebrard, quienes obtuvieron el respaldo del subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Juan Pablo de Botton Falcón.
Después de diez días de intensas negociaciones, Juan Pablo de Botton Falcón finalmente dio luz verde a la propuesta promovida por 46 legisladores afines al excanciller, confirmada por Mier Velazco tras una reunión en su oficina.
A las ocho de la noche, el diputado Emmanuel Reyes anunció en redes sociales que, con el respaldo de la mayoría de los diputados, se aprobaría la reserva que garantiza al menos el 15% de los excedentes petroleros.
La sesión continuó con el diputado Antonio Altamirano subiendo a tribuna para presentar la reserva, proponiendo destinar el 15% de los ingresos excedentes petroleros, aproximadamente 45 mil millones de pesos, íntegramente a la población de Guerrero.
Sin embargo, momentos antes de la votación, Altamirano recibió una tarjeta solicitando una votación por separado, indicando una posible retirada de apoyo. En la votación a mano alzada, los diputados de oposición respaldaron las reservas, pero fueron rechazadas por Morena y sus aliados.
Ante esta situación, el diputado Emmanuel Reyes exigió la apertura del tablero de votación, alegando que «hubo 30 diputados de la cuarta transformación que votaron a favor». A pesar de su solicitud, la presidenta de la Cámara, Marcela Guerra, afirmó que no había duda sobre el rechazo de la mayoría.