Estados Unidos se encontró en una posición solitaria en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU al defender firmemente a su histórico aliado, Israel, al negarse a respaldar una resolución que buscaba establecer «pausas humanitarias» y condenar los ataques a civiles de todas las partes involucradas.
En el momento de la votación de la resolución presentada por Brasil, que había sido objeto de negociaciones durante varios días para obtener el mayor apoyo posible, solo la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, levantó la mano en contra de la resolución. Dado el derecho de veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, esto hizo que la resolución resultara ineficaz.
En días anteriores, Thomas-Greenfield también se negó a respaldar otra resolución más contundente presentada por Rusia, que pedía un alto el fuego inmediato. Su razón en ese momento fue que el texto no condenaba de manera explícita las acciones terroristas de Hamás. Aunque la resolución de Brasil incluyó el deseo de Estados Unidos de condenar las acciones de Hamás, reduciendo la solicitud a «pausas humanitarias» en lugar de un alto al fuego completo, aún no fue suficiente para el respaldo estadounidense, ya que consideraron que faltaba una mención al derecho de Israel a defenderse.
En contraste con la votación de Rusia el día anterior, donde Estados Unidos se unió a sus aliados occidentales, como el Reino Unido y Francia, en esta ocasión se quedó solo. Francia votó a favor de la propuesta brasileña, y el Reino Unido optó por abstenerse. En total, doce países respaldaron el texto de Brasil.
Aunque Francia y el Reino Unido han demostrado en esta crisis un apoyo más cercano a Israel que a los palestinos, la magnitud de la destrucción causada en Gaza por los bombardeos israelíes parece haber moderado o al menos matizado ese apoyo.
Estados Unidos, en cambio, se ha mantenido firmemente del lado de Israel, como lo demostró el presidente de EE. UU. con gestos y palabras al llegar a Israel. Allí, se abrazó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en lugar de un simple apretón de manos. Además, durante una conferencia conjunta, respaldó la postura de Israel en uno de los eventos más controvertidos de la guerra, el bombardeo del hospital Al Ahli en Gaza, que según el Ministerio de Salud de Gaza, resultó en 471 muertes.
Este apoyo inquebrantable a Israel ha generado críticas dentro de la ONU, ya que la mayoría de los países lamentaron que no se haya aprobado un texto que fue modificado para hacerlo más aceptable, excluyendo, por ejemplo, la mención de un alto el fuego definitivo o la demanda de poner fin a los ataques contra civiles, como lo proponía Rusia.
La soledad de Estados Unidos en esta cuestión contrasta con la experiencia de Rusia en los últimos dos años, especialmente en el conflicto de Ucrania, donde Estados Unidos pudo forjar una alianza con la Unión Europea y otros países aliados, dejando a Rusia en una posición minoritaria.
A pesar de las divisiones geopolíticas iniciales en los primeros días del conflicto en Gaza, el bombardeo del hospital el martes parece haber cambiado la dinámica, ya que muchos aliados de Estados Unidos han optado por no respaldar a Israel en esta ocasión.
