En los últimos días, miles de personas han llegado a la frontera entre México y Estados Unidos y han cruzado hacia el norte, muchos de ellos después de emprender peligrosos viajes en trenes de carga conocidos como «La Bestia».
Esta semana, el operador ferroviario mexicano Ferromex suspendió la operación de 60 trenes debido a la afluencia de personas, y el Instituto Nacional de Migración (INM) de México ha desplegado agentes para disuadir a la gente de subir a bordo.
Francisco Garduño Yáñez, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), apuntó hacia el Gobierno estadounidense como responsable de la crisis que está comenzando a tener un impacto económico y social en la frontera.
En declaraciones realizadas el viernes en Ciudad Juárez, Garduño Yáñez afirmó: «Nosotros no somos el problema, el problema son los Estados Unidos (…). Las citas en la embajada y el Consulado de Estados Unidos están programadas para dentro de dos años, es una burocracia aún más lenta que un elefante».
La preocupación del sector empresarial ha aumentado, ya que durante la semana se acumularon más de 500 millones de dólares en mercancías que no han podido ser exportadas. Incluso, durante la noche del viernes, todavía se podía observar una fila de al menos 8 kilómetros de camiones cargados, que pernoctaron en las afueras del cruce internacional Zaragoza-Ysleta, esperando para cruzar a El Paso, Texas.
«Creo que debemos explorar otros enfoques (…). Si le preguntas a la autoridad cuántas personas hay aquí, no lo sabemos. Es un gran problema, tanto para los migrantes como para nosotros, la población local, ya que no sabemos cómo ayudarlos», expresó Thor Salayandía Lara, vicepresidente nacional de Maquiladora y Franjas Fronterizas de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación.
