En un curioso arranque del Buen Fin, una tienda de Sam’s Club esperaba recibir a una multitud ansiosa por aprovechar las ofertas, pero al levantar la cortina a la hora de apertura, se encontraron con una escena inesperada: no había una sola persona haciendo fila afuera. Para sorpresa de todos, dentro de la tienda había más empleados que clientes esperando.
El ambiente, que normalmente estaría lleno de euforia por los primeros compradores entrando al ritmo de las ofertas, quedó en un silencio cómico mientras los trabajadores se miraban entre sí, algunos bromeando sobre quién sería el primero en llenar el carrito con promociones.
«Yo creí que estaba abriendo tarde, pero resulta que fui el primero… y el único», comentó entre risas el primer cliente que llegó cinco minutos después.
Aunque la situación causó revuelo entre los empleados, quienes compartieron el momento en redes sociales, la tienda confía en que el flujo de compradores aumentará conforme avance el día. «A veces los clientes prefieren venir después de comparar precios, pero estamos listos para recibirlos», comentó un gerente optimista.
El Buen Fin apenas comienza, y Sam’s Club asegura que las promociones estarán disponibles todo el fin de semana, esperando que el siguiente día inicie con una fila que esta vez no deje espacio para bromas.
